La vida hay que endulzarla, eso dicen y
por más que seamos de salado, de un buen quesito manchego con su pan
enaceitado, jolín, qué gran verdad: la vida hay que endulzarla.
Porqué será que siempre siempre hay
punta para sacarle a algo? Seré yo que me victimizo? Tal vez un poco
sí... ya va siendo hora de aceptar los defectos gordos que tenemos
cada uno y empezar a colocarnos en nuestro lugar, en el nuestro y en
el de nadie más.
Como me dijeron ayer “el mundo a
veces lo pone difícil” y es verdad, esta bendita (acabo de cambiar
la palabra “maldita” por “bendita”, valga la rectificación)
obra de teatro de la que somos partícipes a veces da un giro en el
guión para ponerse cruel y amarga con nosotros inocentes actores.
Pero a mi me da en la nariz que un 80% del resultado corre por
nuestra cuenta, o no? Y no me refiero únicamente a las malísimas
decisiones que tomamos en muchas ocasiones, oye, al final es
experiencia y que nos quiten lo bailao. Lo bueno del asunto es ver en
qué lugar nos ponemos nosotros cuando nos vienen mal dadas. Ahí lo
dejo, a pensar!
Y para endulzar este momento (agridulce
a partes iguales) otra receta de la mágica Isabel de Aliter Dulcia
(no es a propósito, es que me tiene enamorada!). Bizcocho de miel al
estilo Bundt!
Por cierto, mi miel no era muuuuuuuy
clara, y ha quedado con un colorcete más bien oscurelis ;) pero no sabéis el aroma a dulce maravilloso que se ha impregnado en toda la casa!
Bon profit a tothom!
Pues qué razón tienes... un 80% quizá algo más ;D
ResponderEliminarCómo me alegra que te haya gustado el bizcocho, es tan rico... ;)
Tooooodo lo que tú cocinas me gusta! ;)
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